lunes, 17 de marzo de 2014

Formas de Delincuencia Juvenil

Hola!

En esta entrada explicare las dos formas de  Delincuencia Juvenil con ejemplos para poder entenderlos mas, los ejemplos los obtuve en el Libro de Miguel Salvador Licenciado en Derecho Penal el cual fue publicado en 2005. Esta un poco larga pero vale la pena leerla y se que aveces es un poco aburrido y mas este tipo de temas pero intente resumir todo lo encontrado pero espero la disfruten.

La primera es Acción Individual:

En esta primera hay 3 subdivisiones que complementan esta primera forma de delincuencia juvenil.

1.El menor, adolescente o joven como agresor, en el ámbito familiar:

Esta subdivisión  depende de que el joven esta desenvolviendo una conducta de delincuencia por problemas que provienen de su familia o su hogar.

Aquí hay un ejemplo de tipo penal defendiendo esta subdivisión.

En abril de 2007, un matrimonio vecino del barrio gijonés de La Calzada pidió a la Consejería de Asuntos Sociales del Principado que asumiera la tutela de su hija adolescente de 13 años durante seis meses para reeducarla ya que, según los progenitores, eran incapaces de controlarla. Los padres, de 41 y 34 años, 
alegan que la niña ha llegado a desaparecer durante tres días, no va a su casa a dormir y tiene un carácter violento. Según su propia madre, la adolescente ha llegado a amenazar con un cuchillo a su tío, ha pegado a su tía y ha arañado a su padre. La joven también acumula cuatro denuncias por robo, amenazas y agresiones. Los padres han ido a cursos para tratar de reconducir el comportamiento y la agresividad de su hija pero no ha dado resultado ninguna medida ni recomendación hecha para educar a adolescentes. El Gobierno del Principado de Asturia decidió dos meses después asumir la tutela de la niña. 

El 20 de febrero de 2007 la Policía Nacional detuvo en Pamplona a una joven de 16 años que quedó bajo la custodia de una granja-escuela tras ser acusada de malos tratos en el ámbito familiar por agredir a su madre. El año anterior fue arrestada por el mismo motivo. Los agentes que acudieron a la llamada de 
socorro de la madre, a quien la menor había encerrado bajo llave en una habitación, hicieron constar que la menor “en un estado hostil y violento, y en presencia de la dotación policial, profirió insultos y vertió amenazas de muerte hacia su madre, por lo que tras ser informada de sus derechos se llevó a cabo 
la detención y traslado a dependencias policiales. 

El 14 de febrero de 2007, la Guardia Civil detuvo a una menor en la localidad cordobesa de Palma del Río por amenazar a su madre con una sierra mecánica, darle puñetazos y tirarle del pelo. La madre de la menor explicó en el cuartel que las agresiones se produjeron después de llamarle la atención por 
sustraerle dinero de su bolso. La agredida había interpuesto seis denuncias en ocho meses contra su hija –que se encontraba en estado de libertad vigilada- por hechos similares. 

2.Consecuencias del consumo de drogas y alcohol 

Fumar un porro no tiene la consideración de delito en sí mismo. Sólo en caso de realizarlo en lugares públicos sería una infracción administrativa sancionada por la Ley 1/1992 de protección de la seguridad ciudadana. Tampoco el consumo de alcohol es ilegal. Sin embargo, las consecuencias derivadas de su 
consumo pueden no serlo. 

Según el director de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Ignacio Calderón, hay una “tendencia creciente al consumo de drogas entre los jóvenes españoles, quienes empiezan a beber de forma importante con una media de 13 años y a los 15 ya consumen cocaína”. Antes, las edades de inicio en el consumo de drogas eran más altas pero, en la actualidad, los jóvenes banalizan el riesgo del consumo de estas sustancias. 

El alcohol, la cocaína, las anfetaminas, drogas psicoestimulantes y los alucinógenos son las drogas que más se relacionan con la conducta agresiva, según ha alertado la responsable del Área de Bases Biosociales de la Violencia del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, Esmeralda Cava. El cannabis genera procesos de psicosis y hay paranoias asociadas al consumo de cocaína, con efectos más notorios en el caso del éxtasis. A la larga, algunos consumidores habituales pueden ser incapaces de discernir entre lo que es 
correcto y lo que no. 

En estas circunstancias, es muy posible que de forma individual o protegidos por el grupo, los jóvenes cometan delitos y faltas, sin tener una completa conciencia de sus actos. Unos actos que, bajo el estímulo de algunas substancias, son incluso más violentos. 







3.Nuevas tecnologías 

Un 11%   , de los menores que utiliza Internet presenta conductas de adicción a esta herramienta. Los menores, adolescentes y jóvenes pasan cada vez más tiempo delante del ordenador, navegando por páginas de contenido dudoso, sin control ni supervisión de adultos. Se han detectado 189 millones de portales de sexo; 35 millones de páginas web con consejos para copiar software, para elaborar drogas o para confeccionar explosivos; páginas con apología del racismo o con fotos de violaciones simuladas; etc. La asociación de defensa de la infancia denominada “Protégeles” descubrió un portal donde las jóvenes colgaban fotografías de autolesiones, con cortes en brazos o quemaduras por cigarrillos, como reflejo de la incomprensión social y familiar que sufren ante su problema de anorexia y bulimia. 
Asimismo, desde edades muy tempranas disponen de teléfono móvil a través el cual pueden enviar o recibir imágenes de todo tipo. 
 Estas herramientas pueden utilizarse para convertir al joven en víctima. Pero también pueden hacer uso de ellas para realizar o para difundir una acción delictiva. 
Los delitos cibernéticos van en aumento porque cada vez hay más internautas y más víctimas potenciales. Además, los ciberdelincuentes son cada vez más jóvenes y actúan desde cibercafés, donde no está regulado el acceso a menores y donde pueden actuar con impunidad e, incluso, entrar en páginas poco recomendables para menores. 
Según el sargento jefe de la Unidad de Investigación de Delitos Cibernéticos de los Mossos d’Esquadra, Alfons Cano, hay tres tipos diferentes de perfil de ciberdelincuente: el que se dedica a vulnerar los sistemas informáticos, el que difunde o colecciona pornografía infantil y el craker o pirata que se dedica a piratear programas y juegos. Aunque son tres perfiles diferentes, según Cano, “podemos afirmar que todos ellos son personas jóvenes, aunque cada vez la franja de edad es más baja”. 
El Código Penal, en su artículo, 270 castiga como delito contra la propiedad intelectual “la reproducción, por cualquier medio, de cualquier obra literaria, artística o científica sin la autorización de los titulares de esos derechos, cuando haya ánimo de lucro y en perjuicio de tercero”. Es decir, si es para uso propio no sería una conducta punible pero si se distribuye a cambio de una cantidad de dinero sí lo sería. Fabricar, poseer o poner en circulación medios destinados a neutralizar los dispositivos de protección de los programas de 
ordenador o cualquier otro tipo de obra también son conductas punibles.  



 La segunda es Acción Grupal:

Las pandillas son algo muy típico de la adolescencia: son los grupos de semejantes que le brindan identidad y autoafirmación a los seres humanos en un momento en que se están definiendo las identidades. Siempre han existido. Es un mecanismo necesario en la construcción psicológica del ser adulto. Quizá el término haya adquirido con el tiempo mala fama y casi automáticamente se asocia a banda delictiva. Pero de grupo juvenil a pandilla 
delincuencial hay una gran diferencia. 
El fenómeno de las pandillas de delincuentes se da más en los estratos sociales pobres, pero también puede verse en capas acomodadas. En su génesis se encuentra una sumatoria de elementos: necesidad de pertenencia a un grupo de sostén, dificultad/fracaso en su acceso a los códigos del mundo adulto; la pobreza sin dudas, sin que sea eso lo determinante. Unas tienen un fin definido: la comisión del delito con finalidades lucrativas. Otras, actúan por 
diversión aunque implique un plus de violencia y crueldad. 

En esta forma hay dos subdivisiones. 

1. La acción grupal Circunstancial

En esta clasificación podríamos incluir los menores, adolescentes y jóvenes 
que se agrupan sin un objetivo claro de acción delincuencial. Es decir, primero 
se agrupan y, luego, por diversas circunstancias, buscan una víctima u objetivo, 
ya sea lucrativo o de cualquier otra motivación.




2. El acoso escolar o bullying

Las denuncias por acoso escolar presentadas ante las fiscalías de los Tribunales Superiores de las Comunidades Autónomas han crecido entre un 30 y un 40 por ciento en los dos últimos años, según datos de la Fiscalía de la Sala de Menores del Tribunal Supremo. Sin embargo, el consenso es amplio: esto no significa que haya más casos sino que existe más concienciación y se denuncia más, como ocurre con el fenómeno de los maltratos en el ámbito familiar. 
El Código Penal, en su artículo 620, dispone una pena de multa de 10 a 20 días para quienes
“causen a otro una amenaza, coacción, injuria o vejación injusta de carácter leve, salvo que el hecho sea constitutivo de delito”. En este apartado se enmarcarían los episodios de violencia en las aulas o “bullying” a través del maltrato entre compañeros con abuso de poder. 
Este delito puede cometerse de forma individual, pero es mucho más frecuente que las amenazas y agresiones partan de un grupo, frecuentemente, liderado  18por un cabecilla que marcará el “objetivo” y que los demás tomarán como propio. 
Las víctimas de acoso escolar o “bullying” son niños normales que son elegidos por sus maltratadores de forma casual, según la directora del Instituto de Innovación Educativa, Araceli Oñate, quien presentó un informe sobre acoso en el IV Congreso Nacional de Atención a la Diversidad. 
Un informe encargado por el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña y presentado en el Parlamento el 20 de junio de 2007, revela que el 3 por ciento de los alumnos de Secundaria sufre al menos una agresión semanal y se consideran víctima del acoso escolar en Cataluña. La investigación es 
fruto de una encuesta realizada a 10.414 alumnos catalanes y constituye la segunda parte de un informe realizado el curso 2000-2001.En ese primer informe, el porcentaje de alumnos que declaraban sufrir acoso escolar era del 13,2 por ciento. El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, director de ambos informes, asegura que “los datos desmienten la percepción sobre el aumento de la conflictividad escolar” ya que “rigurosamente hablando, el descenso es claro”. Sin embargo, pese a que el llamado “bullying” ha descendido se mantiene su gravedad y añade que la causa principal del acoso es “la debilidad grupal y la falta de referentes”. 
El secretario de políticas educativas del departamento, Francesc Colomé, señala que un núcleo de acciones violentas se está haciendo crónico y provoca disfunciones importantes de los centros. Asimismo, insiste en que “no se puede exagerar lo que está pasando en los centros”

Bueno esto es todo espero hayan disfrutado y no se hayan aburrido!
los quiero! 

SUERTE!

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